Mi nombre es Rocío y actualmente soy la responsable y cuidadora del refugio. 

Mi trayectoria activista comenzó en una protectora felina. Después, a medida que iba abriendo los ojos al veganismo y a todo el sistema de privilegios y opresiones que sustentan el especismo, comencé a involucrarme paulatinamente en santuarios de animales considerados de granja. En ellos deconstruí mi pensamiento político y vital, colaboré y aprendí sobre cuidados e interioricé la responsabilidad y dedicación que implica sacar adelante un refugio.

Además, detrás del proyecto hay también un gran equipo de colaboradoras y voluntaries que han sido (y son) un pilar fundamental y un gran apoyo tanto de trabajo y económico como personal y emocional: Alicia, Sara, Fran, Cristina, Antía, Navia, Rocío, Pablo, Lucía, Ana, Mimi, Esther, Pilar, María, Mery, Gemma, etc.